27.5.04
Generación X
Marionetas en una obra tragicómica. Cientos de personas que no se hablan, con el resto de los sentidos encendidos a full. El diálogo brilla por su ausencia, pero en la pista todos exiben sus telefonitos luminosos, que parecen decir mucho más que sus plásticos rostros. La energía que se emana es tan odiosa como contagiosa. Un juego sin bases, plagado de reglas, una vida sin contenido. Sin embargo cada finde ellos están ahí, profesando su religión en sus templos de luces estrambóticas y sonidos de videojuegos. A la larga o a la corta es imposible no sucumbir ante la Generación-X y su éxtasis eterno. ¿Dónde está el ser humano en ese lugar?Gen-X Sumido en el vapor corporal, más allá de los relámpagos que se switchean on-off como luciérnagas en una noche de campo, es imposible salir del trance. Como una imperceptible infección que ingresa en el organismo por las vías respiratorias, el Gen-X se va instalando en tu mente, al tiempo que toma posesión de tus confundidas neuronas. Las órdenes del cerebro resultan irreprimibles: saltá, sudá, gritá... careteá. Así, gradualmente la oxidación llega arruinando todo circuito, toda plaqueta. Mas no hay razón para estar preocupado, en el Templo no importa tu lugar de procedencia, tus ideas, sentimientos o cuán pura sea tu alma: mientras tu exo-esqueleto esté recubierto de músculos voluminosos y tu piel posea un bronceado de foquito de 100 Watts, serás siempre bienvenido al ritual.

 

--------------------------------------------------------------------------------------------