11.2.05
Sin Palabras
Desbordado por la fascinación que despierta tu amor en la raíz de mi alma, decidí intentar describir esas sensaciones tan profundas e infinitas a ver si alcanzan las palabras de esta Lengua para poder enumerarlas con calma.
Al comenzar caí en la cuenta de que era imposible con mis escasos recursos poéticos lograr pintar de cuerpo entero al modelo tan precioso que conforman tus sinuosas curvas que me atraen como un inevitable poder magnético. Recurrí a los mejores autores de las más bellas prosas a una mujer dedicadas, solamente para comprobar que apenas una pizca de esta pasión estaba reflejada. La situación se complicó más cuando empecé a escribir sobre tu gracia divina en la cama, porque ni en los ancestrales tomos del Tantra una tormenta de frenesí como vos se comentaba.
Entonces opté por plasmar en papel la dulzura de tu corazón salvaje, la calidez de tu voz en la noche y la melodía de tus ojos que detiene todo mi sufrimiento... pero todo resulto en vano: si creyera que eso es todo sería un conformista, sentiría que te miento. Y como no estaba satisfecho, casi sin pensarlo dibujé garabatos en el aire acerca de tus caricias suaves como la seda, de tu pecho que me contiene cuando parece que nada queda, del cariño que me brindás sin importar lo que suceda.
Releí este texto una y mil veces hasta que comprendí que desarrollar un sentimiento tan vasto como la adoración resulta utópico, así que resolví asomarme un instante por la ventana de mis emociones a ver si de alguna manera lo que pretendo demostrarte parece lógico. Esbocé mientras dormía una idea que se asemejaba bastante a la devoción que intento comunicarte; mas al despertar me percaté que solo si me acuesto a tu lado soñar se convierte en arte. Noches eternas transcurrieron buscando una simple oración en vela, para susurrártela al oído y que te haga cosquillas en el estómago como pinceles de pluma sobre tela. Pasé mil tardes aguardando la clave para mi acertijo irresoluble recibiendo latigazos del sol ardiente, hasta comprender con dolor que tu hermosura supera mis metáforas más valientes.

Sin embargo todo probó ser infructuoso. No importa cuan sacrificados sean mis intentos porque sepas que sin vos no puedo concebir la vida en felicidad. De más estarán los intrínsecos poemas que mi imaginación pueda llegar a dedicarte... por mucho que lo intente siempre que te escriba me quedarán infinitos sentimientos por explicarte.

TE SOY COMO NUNCA TE FUI, FELIZ ANIVERSARIO MI AMOR.
 

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2.2.05
Vacacionalmente
Los pies descalzos absorbiendo las caricias del pasto salvaje humedecido por la cercanía del agua. La espalda contra la tierra virgen, disfrutando del comfort de un colchón de miles de kilometros de superficie. Los brazos flexionados amáblemente proporcionando una almohada natural para que la relajación de los músculos del siempre tensionado cuello sea total. Y la mirada entretenida por el desfile de interminables nubes que se pelean entre sí por semejar formas que la propia imaginación decida... La música proporcionada por cortesía de una orquesta de cientos de árboles de anchos troncos y hojas pequeñas surcadas por el viento, interrumpida ocasionalmente por el saltito de un pez que se asoma a curiosear y vuelve rapidamente al rio.
Sin dudas un estilo de vida ideal para una celebridad de los cuentos como Tom Sawyer; despreocupado, bohemio y sin otro motivo para vivir que la capacidad de disfrutar al máximo de una interminable rutina de ocio, esparcimiento y hazañas. Pero la triste realidad nos recuerda con crueldad que encarnamos personajes secundarios en una obra que siempre nos tiene trabajando en segundo plano, y que apenas por un breve lapso nos permite al fin protagonizar nuestra propia aventura del año, entitulada vacaciones.
Un drama dividido en 14 o 21 actos -según el actor- divididos en veinticuatro horas de duración cada uno, que nos tienen interpretando el papel de una persona en un estado fuera del tiempo, de la vóragine implacable de la sociedad y que se encuentra en un universo nuevo por conocer. Los escenarios donde dar lugar a esta representación varían generalmente, aunque tienden a ser paisajes con mar, montañas, costas y ríos. Así, a tientas en una escena ambientada a media luz, se va poniendo en marcha el espectáculo, descubriendo a la gente desconocida que habita la zona, los lugares obligados a conocer, los habitos distintos por tomar... la vida como debería ser en realidad.
La actuación continúa, y a medida que transcurren los capítulos, en forma paulatina la mente sumada al cuerpo comienzan a sentirse cómodos y a funcionar en unidad, como pocas veces sucede. Las mañanas cobran ese sabor a "no pienso quedarme en la cama" y las tardes se pueblan de "cuántas alternativas hermosas por hacer". La cereza de este postre se evidencia cada noche, cuando en el instante antes del sueño total la tranquilidad derrota los ejercitos de las obligación, que se convierte en un apenas perceptible mal recuerdo...
Sin embargo lo bueno dura poco, según se nos enseña de chicos para ir preparándonos. Y cuando la función va llegando a su mejor momento, ya con el actor intrínsecamente mimetizado con su rol a punto de concretar la metamorfosis de la obra a la realidad cotidiana, el telón cae inapelable sobre nuesta cabeza quitando el trance. Se cierra la puerta y sin ningún aplauso nos encaminamos al mismo rutinario camarín donde aguardaremos sin soportarnos hasta la próxima salida.
 

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