Y realmente no sé si a alguno de todos ellos el veredicto les sonó a Justicia pura luego de haber sufrido la injusticia del destino más cruel que puede llegar a pasarle a una persona... pero no me importa. Sólo sé que luego de más de un año sin paz pudieron volvieron a sonreir por ellos, a abrazarse pero no en señal de repudio, a llorar y no precisamente de tristeza.
Y jamás sabré si allá arriba o donde sea que hoy sueñan los Invisibles hubo fiesta y rocanrol entre ellos para festejar el fallo... pero eso no importa. Sólo sé que seguramente habrán disfrutado viendo como se quemaba un cuerpo político entero poco a poco sin nada que poder hacer.
Y no podré saber si este precio tan alto servirá para que de una buena vez demos el puntapié inicial al partido de la vida en comunidad respetándonos... pero no importa. Sólo sé que ellos no van a parar hasta verlo tras las rejas, que de nada sirvió el esfuerzo mediático por dejar a los padres como supuestos golpistas y al principal causal como un ángel sin aureola y que la clase política, habiendo sido testigo del poder del pueblo cuando se une por una misma causa, a partir de ahora va a manejarse con mayor cautela a la hora de hacer negocios turbios.
Y nadie puede estar seguro de que algo así no se vaya a repetir... pero no importa. Sólo sé que con sangre tomamos conciencia de que no queremos que Argentina sea una Republica Cromagnon más, nunca más.

Deciles que no les sirve luchar...





...nunca es justa la felicidad.