17.4.05
No soy
Desde una habitación oscura y sin ventanas; desde allí escribo hoy. Deambulando en soledad por un desierto de dudas, incertidumbre y miedo que me deshidrata a cada hora, cada minuto. Bajo un calor asfixiante y un sol mortal, no hay ningún oasis a la vista; me encuentro rodeado de espejismos ofreciendo falsa reparación.
De nada sirvieron los reiterados avisos de alerta roja que envió el Estado de mi Amor: el tsunami voráz de tu decisión arrazó con las costas que definían la soberanía de mi corazón. Así, sin ayuda solidaria alguna (quién puede darte una mano útil en situaciones así?) trato de mantenerme a flote mientras busco en el cielo una explicación racional que me defina cómo se puede pasar de la felicidad al extremo a la tristeza extrema en un santiamén.
Aún en las tinieblas, en la agonía de la noche, inevitablemente comienzo a contarme las más tristes historias de amor de mi vida, que duran meros segundos pero que tienen una cuota de probabilidad desgarradora, amenazante. Son cientos de dramaturgos y tragedias en las que jamás terminamos comiendo perdices, porque a cenar te invitan ladrones principiantes. Desearía no tenerlas presentes a cada instante, pero por desgracia inventar perfectos mundos siempre fue mi cualidad, y ante estas circunstancias su naturaleza caótica resulta imposible de evadir.
Y todo tiene sabor a nada, o mejor, sabor a que falta algo. Las canciones que nos definían perdieron los acordes y toda dulzura en la melodía; los lugares que visitabamos ahora son inhóspitos y no me animo a pisarlos; la cama que nos abrigaba paso a ser una simple colcha fría. El concepto de tiempo dejo de tener una condición de compartido para dos personas, porque optaste por acuñarlo todo bajo tus brazos. No está mal que bailes desnuda sobre el agua del mar, si te quieres ver así... A mi me restará hundirme bajo esas aguas, preguntándome la razón del desprendimiento de tu mano a la mía.

Según los escandalosos periódicos amarillistas que notificaron a todo el mundo de nuestra ruptura, toda esta crisis es lo mejor para ambos. Pero en esta habitación oscura y sin ventanas en la que sigo, a la que no se anima ni a entrar la luz, no quiero leer ni ver. Nada me interesan esos falsos titulares que pretenden engañar a la conciencia disfrazando al final con máscaras de provisoriedad. Sólo puedo pensar... sentir... y escuchar... a lo lejos se escucha el informe del Servicio Meteorológico Sentimental, que anuncia probabilidad de chaparrones, lluvia (mucha lluvia) y un invierno más frío que ningun otro.
 

--------------------------------------------------------------------------------------------